"Cómo el Mono capuchino de cara blanca perdió el pelo"
Al principio de los tiempos los humanos no conocían el fuego y solo podían preparar comida o calentarse cuando brillaba el sol o utilizando la escurridiza "luz de madera podrida" de los fuegos fatuos que capturaban en los pantanos. Finalmente, los humanos robaron el fuego a un dios envidioso, como en el mito griego de prometeo. En la versión Matsigenka, varias personas fueron a visitar a una diosa temible llamada Hainero con el fin de robarle el fuego. Esta diosa tenia un poderoso narcótico extraído de la cerveza del maní, que usaba para embriagar a sus invitados y luego, en su letargo, aplastarlos con una piedra. Un chamán y otras personas se dirigieron a la morada de la diosa y lograron no embriagarse demasiado con la cerveza de maní, con lo que consiguieron robar unos leños encendidos del hogar de la diosa. El chaman fue el único en el mundo lo bastante sabio como para devolver el fuego a la humanidad. Otro de los supuestos prometeos se acerco demasiado a la llama y se quemo el pelo de la cabeza. Perdió el precioso fuego y fue atrapado por la cruel diosa Hainero al tratar de trepar a un árbol para huir de ella. Se convirtió en mono capuchino de cara blanca, con su curiosa frente calva, por habérsele chamuscado el pelo en su fallido y descuidado intento de robar el fuego.
Al principio de los tiempos los humanos no conocían el fuego y solo podían preparar comida o calentarse cuando brillaba el sol o utilizando la escurridiza "luz de madera podrida" de los fuegos fatuos que capturaban en los pantanos. Finalmente, los humanos robaron el fuego a un dios envidioso, como en el mito griego de prometeo. En la versión Matsigenka, varias personas fueron a visitar a una diosa temible llamada Hainero con el fin de robarle el fuego. Esta diosa tenia un poderoso narcótico extraído de la cerveza del maní, que usaba para embriagar a sus invitados y luego, en su letargo, aplastarlos con una piedra. Un chamán y otras personas se dirigieron a la morada de la diosa y lograron no embriagarse demasiado con la cerveza de maní, con lo que consiguieron robar unos leños encendidos del hogar de la diosa. El chaman fue el único en el mundo lo bastante sabio como para devolver el fuego a la humanidad. Otro de los supuestos prometeos se acerco demasiado a la llama y se quemo el pelo de la cabeza. Perdió el precioso fuego y fue atrapado por la cruel diosa Hainero al tratar de trepar a un árbol para huir de ella. Se convirtió en mono capuchino de cara blanca, con su curiosa frente calva, por habérsele chamuscado el pelo en su fallido y descuidado intento de robar el fuego.
ja q buenaaaa
ResponderEliminara la baca les gustan los monos
Hola Briscila!!, estupendo tu bloggg!! gracias por compartir estos lindos cuentos!!
ResponderEliminarUn abrazooo
Manuel Conde
EEEEEEEEEEE
ResponderEliminarBriscila, qué bonito tu blog, un beso, ahora voy a visitarte en mis webeos. Besos.
ResponderEliminarque bueno bris... exitos en esta experiencia
ResponderEliminarsuper cuento es de machiguenga
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