LA PRIMERA MUJER
Dicen que a Lilith la crearon antes que a Adán, pero esa es otra historia. Esta historia comienza en el momento mismo de la creación, en el cual Dios formó al mundo, redondo, para que pueda dar vueltas alrededor del sol. Moldeó con sus dedos cada una de las montañas y vertió en el mundo los mares, luego colocó cada una de las especies de animales en parejas para que se acompañaran y nunca desaparecieran… pero algo faltaba… le faltaba espíritu a este mundo entonces, a su imagen y semejanza, creó al primer hombre y lo nombró Adán.
- Adán, debes cuidar la tierra, los animales y las plantas, esta es tu misión.- le dijo Dios.
Dicen que a Lilith la crearon antes que a Adán, pero esa es otra historia. Esta historia comienza en el momento mismo de la creación, en el cual Dios formó al mundo, redondo, para que pueda dar vueltas alrededor del sol. Moldeó con sus dedos cada una de las montañas y vertió en el mundo los mares, luego colocó cada una de las especies de animales en parejas para que se acompañaran y nunca desaparecieran… pero algo faltaba… le faltaba espíritu a este mundo entonces, a su imagen y semejanza, creó al primer hombre y lo nombró Adán.
- Adán, debes cuidar la tierra, los animales y las plantas, esta es tu misión.- le dijo Dios.
A Adán, este mensaje se le quedó tatuado en el alma. Asi que contento y lleno de alegría, emprendió su labor…… cuidó que los mares sean siempre salados, que los árboles crecieran fuertes y robustos, hacia el cielo y que la lluvia nutriera la tierra, generosa. Y llegó el día de la inspección. Dios mismo bajaría a la tierra para verificar que el trabajo de Adán, su primogénito. Adán estaba nervioso, fue hacia el pie de la montaña más alta y subió, trepó y llegó a la cima. Entre las nubes se hallaba la presencia del todopoderoso. Adán le mostró que los ríos iban en la dirección correcta, que en las montañas se formaban los primeros diamantes y ambos contemplaron el desfile de los animales, que pasaban en pareja delante de ellos, los osos, los canguros y los cóndores. Dios parecía estar contento, se mostraba satisfecho por su trabajo, entonces Adán se atrevió a preguntar:
- Creador, hemos visto el desfile de los animales y todos ellos están en pareja y yo aquí, solo. ¿No podrías tú crearme uncacompañante? Alguien con quien conversar en las noches y compartir mis alimentos.
Dios escuchó el pedido de Adán le pareció justo, ¿compañía? ¿Por qué no? Todos los animales andan en parejas. Y así fue que Dios creó nuevamente, con la misma tierra y con el agua del mismo mar a su misma imagen y semejanza, a la primera mujer. Pero como era la segunda vez que creaba, aprovechó para corregir los defectos de su primera creación (por eso las mujeres somos más bonitas que los hombres). Ella era tan bella, que Dios la nombró Lilith, en honor a las hermosas noches estrelladas. La colocó en frente de Adán y ambos se contemplaron y enlazando sus miradas como hechizados, se acercaron lentamente…
Dios, celoso, le dijo a adán:
-Hijo mío, no olvides tu misión. No te dejes distraer por los placeres terrenales.
Adán obedeció y se fue dejando a Lilith sola. Nunca había visto tanta belleza quedó encantada por el color y el aroma de las flores, de pronto sintió hambre, y se deleitó con todas las frutas y verduras hasta saciarse, hartarse. Sintió calor, pero se refrescó con el agua de la lluvia fría sobre su cuerpo desnudo, con los ríos...
Un día, se encontró con un pequeño lago de aguas espejadas entonces por primera vez ella pudo ver su propio reflejo. Tenía un rostro, ojos, un cuerpo alargado... pensó que era bella. Luego Lilith descubrió con gran deleite que poseía una perla y que esta perla estaba allí por algo. Era perfecta y suave al tacto.
Ella descubrió el placer. Y como un paisaje hermoso que es más hermoso aún cuando se comparte con alguien querido, quiso compartir su descubrimiento con su compañero, Adán. Lo buscó en los bosques, pero no lo halló. Lo buscó en las montañas y allí estaba, trabajando como siempre. Ella lo llamó pero Adán no la escuchó. Entonces la primera mujer empezó a moverse, a bailar atrayendo a su pareja, creando así la primera danza. Adán, al verla tan hermosa y vigorosa, como un tonto se acercó corriendo hacia ella tomándola entre sus brazos. Lilith se dejó poseer, gozosa, luego, quiso hacer lo mismo, pero Adán dijo que no. Abajo jamás. Él era el hombre. No podía dejarse poseer por una mujer.
- no entiendo- dijo Lilith- tú y yo somos iguales, a imagen y semejanza de nuestro creador, ¿por qué debo someterme ante ti?
Pero Adán no la escuchó y tomándola del brazo la quiso poseer nuevamente, pero esta vez Lilith se fue. Se fue al mar, el inmenso mar. Allí frente a esa inmensa masa de agua ella lloró y su llanto lleno de pena se comenzó a llenar de ira y ese llanto se convirtió en una canción, pero esta, no era cualquier canción, esta canción hablaba de Dios, de suimpronunciable nombre, aquello que les estaba prohibido mencionar: su verdadera identidad.
En ese momento Lilith sintió una extraña fuerza, poderosa, dentro de ella, la llenaba completamente. Lilith levantó la cabeza y vio como el mar, enfurecido se agitaba desesperado delante de ella, la tierra temblaba ferozmente bajo sus pies y el viento, viejo macho servidor de dios, vino de pronto hacia ella en forma de ráfaga, para callarla, pero Lilith, con su poder nuevo, convirtió al viento en una suave brisa… le ordenó a esta brisa que la elevara al cielo y la brisa obedeció. La elevó por los aires hasta que llegó al cielo.
La mirada de Lilith había cambiado, ahora el fuego le pertenecía, sus ojos contrastaban con el azul de ese templo celestial, hogar de Dios. Ella caminó delante de los ángeles que la miraban extrañados, nunca habían visto tanta belleza, uno de ellos se acercó y la tomó de la mando y la guió frente a Dios.
- ¿Qué haces aquí mujer?- preguntó Dios al salir de su asombro- Rompiste mi prohibición al nombrarme, regresa a la tierra, con tu hombre; ándate.
- ¿Mi hombre? Él no es mi hombre ni yo soy su mujer. El Edén no me es suficiente, yo quiero estar aquí, contigo. Ven, descansa tu cabeza cansada en mis brazos, ven, ven.
- Regresa a la tierra mujer, con tu hombre. Tú no perteneces aquí. Ándate.
Lilith quiso abofetear a Dios, pero antes de poder tocar su rostro él le arrancó los brazos y agarrándola del cuello la lanzó a la tierra, fuera del Edén, convertida en serpiente. En el desierto más seco, en la garganta de la caverna más profunda uno puede encontrar a Lilith, sola, convertida en serpiente, pero libre.
Adán solo, ya no quería trabajar, ya no quería comer. En la cima de la montaña más alta buscó a Dios y le dijo:
-Devuélveme a Lilith, devuélveme a mi mujer.
Dios escuchó. Pensó que era lo justo pero esta vez no quiso arriesgarse. Tomó la costilla del primer hombre y creó a quien fue nombrada Eva. Adán y Eva. Adán, Eva y la serpiente. Pero esa es otra historia y ustedes ya la conocen.
FIN
Bueno, esta historia te la escuché narrar acompañada de Patricia Silva Novoa, realmente espectacular por la mezcla de la voz y el sonido, llevando al público a una imaginación muy placentera soble la creación.
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