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20/1/12

ANANSI trata de robar toda la sabiduría del mundo




Nosotros no sabemos. Nosotros no sabemos, pero se cuenta que:

Anansi, la araña, sabía que no era tan sabio. Era muy astuto pero no sabio. Entonces pensó: “si logro tomar toda la sabiduría del mundo y la pongo dentro de una calabaza, nadie será más sabio que yo”.
Anansi buscó por todos los rincones del mundo, desde el este hacia el oeste, de norte a sur, por Europa, Asia, América norte, África, América del sur y Oceanía.  Le pidió a toda la gente que se encontraba que pusiera un poco de su sabiduría en la calabaza. La gente se reía, pero todos dieron un poco de sabiduría a Anansi, sabiendo que sabría usarla… Al poco tiempo Anansi tenía su calabaza llena de sabiduría.
Anansi pensó donde iba a poner toda su sabiduría de manera que nadie pueda usarla, haciéndole parecer siempre el más sabio de todos. Miró arriba de un árbol muy alto y decidió colocar allí su calabaza, donde nadie la podría encontrar jamás.
Anansi tomó una tela y se la amarró a la cintura, luego amarró la calabaza y la puso delante suyo, de modo que, al intentar trepar el árbol, la calabaza se lo impedía, de mil maneras trató y trató y trató…
Por el camino venía el hijo menor de Asansi.
“Padre, ¿qué estás haciendo?
“Estoy trepando este árbol con esta calabaza llena de sabiduría”
“Padre, será mejor que pongas la calabaza detrás de ti y no delante, será más fácil trepar el árbol”
Anansi se quedó quieto un buen rato, inmóvil. Luego dijo “¿no es hora de que vayas a casa?”
La pequeña araña se fue a su casa. Anansi entonces cambió el lugar de la calabaza y la colocó detrás de su cintura. Trepó el árbol.
Desde la cima de la montaña habló fuerte, “he recolectado una calabaza llena de sabiduría, aún así mi hijo pequeño es más sabio que yo! ¡tengan su sabiduría de vuelta!
Anansi rompió la calabaza y liberó toda la sabiduría para que se la lleve el viento, el viento así lo hizo, llevó la sabiduría flotando a todos lados. Así es como todo el mundo obtuvo la sabiduría.
Y aquellos que no corrieron para alcanzar un poco, pues… perdónenme por decirlo… son… unos tontos.

Ésta es mi historia que les he contado. Si es dulce, o si no es dulce, llévensela a casa. Y dejen que un poquito de ella regrese a mi. 

18/1/12

Palabras Mágicas- de Antonio Rengifo




Palabras mágicas

Al iniciar el juego amoroso mi pareja tomó diligentemente mi sexo, que estaba flácido.  Ante esta situación, se me ocurrió musitarle al oído:  ya que tienes a Lázaro en tu mano, dime dos palabras mágicas, alusivas al momento; pero, que sean de la Biblia

Inmediatamente, respondió con el entusiasmo de quien cree haber acertado:  SÉSAMO,  ¡ÁBRETE!

Sin dejar de sonreír, le advertí:  esas palabras mágicas no son de la Biblia; sino del cuento, Alí Babá y los cuarenta ladrones

Mientras tanto, ella seguía acariciando a Lázaro; pero, aún no despegaba.

Volví a insistir en mi propósito:  haz un esfuerzo y recuerda cuáles son esas dos palabras mágicas de la BibliaPero, no se acordaba o no había leído la Biblia. 

Entonces, me concentré y con toda devoción pronuncié esas palabras mágicas:  LÁZARO,  ¡LEVÁNTATE¡

En efecto, Lázaro enarboló con brío el gallardete del Dios del Amor.








Moralejalea la Biblia

Antonio Rengifo Balarezo
Sociedad Bíblica Los Testículos de Jehová
Lima, 31/10/2011.