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30/11/08

MARIQUITAS




No sé si les ha pasado alguna vez, que tienen una fijación por alguna imagen, o a un objeto o sujeto, pueden ser mil cosas. Bueno, yo tengo una suerte de fascinación con las mariquitas... escarabajos pequeños, rojos y que tienen puntitos negros. Love bug le dicen. Los que me conocen saben, y los que no, ahora sí.

Ya arriba, en Markajirca, justo antes de comer algo ahí, en la cima de tremenda montaña donde el escenario es inmenso y se alcanza a ver entera la cordillera blanca, de pronto, apareció en mi pierna una mariquita, tal cual las dibujo yo; con sus puntitos negros en las alas rojitas. Le tomé foto. Hasta ahí, simple alegría por la suerte.

Y cuando bajábamos hacia las mulas que cargaban las alforjas, otra mariquita apareció en mi brazo. ¡Qué paja!, dije yo, no una sino dos mariquitas...
Después de comer chocho y rico trigo con torrejas de atún, me alejé con mi papel higiénico bajo el brazo... cuando regresaba al grupofeliz y ligera se me apareció otra mariquita. Ésta tercera estaba en una piedra, muy visible en mi camino de vuelta. Perfecta. "¡OTRA MARIQUITA!" y exclamo para que Jonas (mi sueño suizo) me oiga, "ya van 3" me responde él, porque sabe cuanto las aprecio.


En este momento, mientras escribo esto, me pregunto por qué lo hago y para qué. Y es que veces, creo mucho en la magia y en las señales de bonanza o desgracia.




En los cuentos el 3 es el número mágico.
Son las "Tres Marías" mis estrellas del cielo y de la piel.
Son mis hermanos, yo la tercera última hija y primera de tres.

1qué suerte. 2 qué coincidencia y 3...
...por algo son tres los puntos suspensivos...


Creo en la magia y sobretodo en el amor.

10/11/08

MITO DE CHAPARRÍ

CORAZÓN QUE LLORA Ó EL MITO DE CHAPARRÍ (enviado por Fernando "el croma" Angulo)

Los “Mu” eran trabajadores y respetuosos, pero con el tiempo renegaron de sus virtudes, siendo castigados por su dios, el Sol, con un diluvio que destruyó ciudades, cultivos y oratorios, quedando solo pocas personas y algunos templos.

Pasaron muchos años y sobresalió un señor llamado Chaparrí, que estaba desposado con la hermosa Collique y tenia como discípulos a Pátapo, Yacutapuy, Niepos, Cyntiapu y Sayapu. Tenia también un hermano llamado Yanahuanca.

Estos personajes realizaban hechos extraordinarios, curaban los males físicos y espirituales, adivinaban utilizando piedras o el agua de vasijas negras o de sus fuentes naturales. De todos ellos, Chaparrí era el mejor, casi igualaba al dios Sol.

Pero nuevamente se hizo presente el mal, practicado esta vez por Yanahuanca, a quien Chaparrí no logra corregir a pesar de sus esfuerzos. La situación empeoró porque Yanahuanca enamoraba a la esposa de Chaparrí, quien tuvo que expulsarlo de sus dominios que quedaban cerca del mar.

Yanahuanca se fue entonces mas allá, por Cajamarca y con su capacidad logró convertirse en Jefe de sus habitantes, a quienes les enseño a preparar chicha con yerbas raras, que convertía a los bebedores en “Supayhuahuas” (Hijos del demonio).

Chaparrí, en tanto, utilizaba el ejemplo y la persuasión para enseñar a sus súbditos.

Ambos jefes preparaban su gente. Cuando Yanahuanca creyó que sus hombres estaban suficientemente preparados, se lanzó al ataque, robándole a Chaparrí su esposa, la hermosa Collique. Chaparrí se enfermó de pena, situación que aprovechó su traidor hermano para darle muerte.

Triunfante, Yanahuanca destruyó el templo del Cerro Mulato y se dedicó a buscar el tesoro de los Mu, dirigiéndose a Lambayeque. En el trayecto logró vencer y apresar al fornido Pátapo, a quien torturó para que le revelase la ubicación del tesoro, pero sin lograr esa confesión.

Camino a Chiclayo, Yanahuanca venció a Cyntiapu, quien luego de una sangrienta resistencia, se retiró a Nanchó (Nanyoc) cerca de Chepén. Al continuar por Lambayeque, el invasor tuvo numerosas bajas.

Al llegar a Motupe, Yanahuanca apresó al Cacique de ese lugar, torturándolo también, pero sin lograr encontrar el tesoro.

Lleno de ira, el invasor decidió regresar a sus dominios llevándose yerbas costeñas para cultivarlas y utilizarlas en su brujería. Al irse, fue también destruyendo todo lo que encontraba a su paso.

Llegando a la sierra, Yanahuanca se dedicó a reforzar sus tropas y a celebrar su triunfo.

Pero el Sol, escuchando las oraciones de su pueblo, resucitó a Chaparrí, quien sorprendió a Yanahuanca en plenas celebraciones, derrotándolo y convirtiendo a él y a sus vasallos en moles de piedra.

Enseguida, Chaparrí regresó a la costa, llevándose su esposa y yerbas serranas para usos medicinales.

Atormentado Chaparrí por haber convertido a su hermano en piedra, ordenó a sus discípulos que le saquen el corazón y que, luego de lavarlo en el río Chancay, se lo colocasen sobre su cabeza, quedando así también convertido en piedra. (De aquí proviene el nombre de Chongoyape o “Corazón que llora”).

Las yerbas que llevó Yanahuanca, a pesar de ser de clima cálido, aun florecen en las faldas de aquel cerro.

Se dice que en las noches serenas, los dos hermanos conversan, insistiendo Chaparrí en reeducar a Yanahuanca. El día que lo logre, volverán los dos juntos.