¿Por qué los cuentos?
Hace ya más de cuantro años que entré al mundo de los cuentos. Narrar siempre ha sido para mí algo muy especial y divertido, pero en el último año se ha convertido en algo que me motiva y me impone nuevos retos. Por mis viajes dentro y fuera del país, y por testimonio de otros narradores, sé que hay miles de historias que se cuentan por ahí o que ya no se cuentan más; historias que todavía no conocemos y que desaparecerán si nadie decide desenterrarlas y salvarlas del olvido.
Justamente los cuentos populares, esos que no tienen autor y que existen gracias al boca a boca, son los que más llaman mi atención. Desde chica escuche con emoción las historias de fantasmas que mi tía me contaba cuando viajábamos Ica. Recuerdo mi fascinación y horror, y recuerdo también las historias al más mínimo detalle porque definitivamente, éstas no se han borrado de mi memoria.
Creo infinitamente que nuestro país vive una crisis de identidad, pienso que conocemos poco de nosotros mismos y por ende nos cuesta aceptarnos diversos y valorarnos como un país multicultural. Nada mejor que los cuentos para romper las distancias, curar las heridas y mirar con nuevos ojos nuestra historia y toda su sabiduría ignorada u olvidada.