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19/7/09

HOMOSEXUALIDAD Y REVOLUCION - Antonio Rengifo


Me causó sorpresa que mi amigo holandés me pidiera, aquí, en Lima Perú, espectar danzas afroperuanas y no andinas. Para complacerlo lo conduje a la peña La Valentina en La Victoria Pero más grande aún fue mi sorpresa luego de comprar los boletos y caminar hacia la puerta de ingreso; leí un letrero: solo se admiten parejas. Sofrené mi impulso y dije: ya nos jodimos. Gerard, con suma naturalidad me tomó del brazo e ingresamos.

Indudablemente que el letrero se refería a parejas de diferente sexo. Así lo entendí yo y cualquier peruano, pues estábamos en la década del 70 del siglo pasado, durante el gobierno revolucionario del General Velasco. Nos dejaron pasar, tal vez, porque Gerard era rubio y extranjero Y eso, en nuestro país, es un “privilegio”; en cambio, la homosexualidad es considerada una aberración.

Antes de empezar el espectáculo que calentó el ambiente de una noche invernal; Gerard me dio una explicación por si acaso hubiera herido mi susceptibilidad de macho peruano; me dijo que cuando estuvo en Cuba revolucionaria dictó una conferencia a los jóvenes universitarios y tocó tangencialmente la homosexualidad. Al finalizar la conferencia intervinieron los estudiantes Uno de ellos le dijo que en La Habana la homosexualidad era un problema y que él, como sociólogo, les diera alguna recomendación para erradicar el problema. Gerard le respondió que en Ámsterdam -la ciudad en donde vive- no existe ese problema. El estudiante replicó: ¡Ah! Seguramente, es porque en Ámsterdam no hay homosexuales.

Es obvio que el problema social no son los homosexuales que, por lo demás, existen y existirán en todas las clases sociales, grupos étnicos y ocupacionales sin excepción. El problema es la sociedad que genera la desigualdad social y es gobernada por una dictadura homofóbica y machista; viola los derechos humanos, excluye y reprime, bajo formas crueles o sutiles, a los que considera inferiores o anormales; entre ellos, a los homosexuales. .

Para esa sociedad el delito más horrendo de todos es la subversión. Y los homosexuales son subversivos por trasgredir el orden establecido. Se les considera peligrosos, una lacra. Por eso se les estigmatiza con epítetos peyorativos. Sin embargo, los homosexuales, como cualquier otro ser humano, han hecho aportes importantes para el mejoramiento social. Uno de ellos fue Federico Engels, quien con su entrañable amigo Carlos Marx fundaron el socialismo revolucionario. Pusieron los fundamentos para lograr la justicia social que es la meta del cambio de la sociedad.

Los homosexuales, especialmente los pobres, son por ahora un sector vulnerable de la población; pero a la vez, también son potencialmente revolucionarios por su condición en la sociedad. De esta potencialidad ya ha dado muestras el sector más esclarecido de ellos al pronunciarse públicamente sobre los recientes sucesos de Bagua y expresar su solidaridad con los nativos de la selva.

A la estigmatización de los homosexuales han contribuido las religiones de la verdad única e imposición universal. Han apelado al terrorismo sicológico. La Biblia esta preñada de condenas a la homosexualidad. Hace pocos años y en nuestro país el arzobispo Cipriani en una homilía del domingo 11 de junio del 2000 afirma: La mujer es mujer y el hombre es hombre. Lo demás, no es un proyecto del creador. Asimismo, la Comisión Episcopal Peruana en un comunicado del mismo mes y año corrobora: La homosexualidad es una desviación pecaminosa. No solo es la iglesia católica, los grupos evangélicos también muestran una enorme intolerancia hacia los homosexuales.

En ese frente amplio contra los homosexuales, también los partidos políticos tienen su ubicación. Ningún partido incluye en su programa la reivindicación de los derechos de los homosexuales. Los partidos conservadores mantienen una ominosa ausencia en sus programas y los partidos políticos que se autoproclaman revolucionarios no los omiten, pero los mencionan para amenazar con erradicarlos por medios violentos.

No tenemos la menor idea de la fuerte presión social que induce a los homosexuales a llevar una doble vida, al suicidio o a buscar refugio ilusorio en las drogas o en una enfermedad mental. Tampoco tenemos idea de la cantidad de homosexuales que son víctimas propiciatorias de chantajistas y de asesinos desquiciados que proceden con sevicia.

Ha llegado el momento de lanzar la consigna estratégica: la igualdad ante la ley en una sociedad igualitaria. Se sabe, por los antecedentes históricos, que sin lucha no se obtienen las reivindicaciones sociales. Destruir la ideología dominante de la clase dominante no es poca cosa; pues, las ideas falsas pueden ser tan eficaces como las verdaderas. En ese enfrentamiento y en un primer momento se necesita estar premunido de las armas de la crítica.

16/07/2009

7 comentarios:

  1. Parece que no hay muchos comentarios a tu escrito y me imagino que puede ser por dos motivos: uno que sea un tema que no suscite interés ( lo dudo) u otro, que sea un tema que genera tanta fricción y miedo a posicionarse que la mayoria evita el definirse en cuanto a su visión de la homosexualidad...algo que enlaza directamente con la usurpación de las identidades individuales a toda escala y nivel mundial, para crear: miedos,inseguridades, desigualdades....rencores, odios, fobias....al final el control y la manipulación.
    ¡Tan sencillo es manejarnos que asusta!

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    1. El contenido de tu comentario refleja lo que me motivó escribir el artículo.

      antonio

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  2. Gracias por el comentario!!

    coloco este dato a pedido del autor de "Homosexualidad y revolucion":

    Federico Engels (1820-1895) fue alegre y gracioso con un gran entusiasmo por la vida; características que aunadas a la irracionalidad existente bien pudieran tildarlo de homosexual; Engels, con su entrañable amigo Carlos Marx fundaron el socialismo revolucionario. Pusieron los fundamentos para lograr la justicia social que es la meta del cambio de la sociedad.

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  3. A mi me encanto tu nota, como homosexual en Mexico, agradezco que haya gente valiente en todo el mundo que defienda la igualdad de derechos, el respeto, la equidad. Lo que no tolero es la "tolerancia" con la que nos quieren "compensar" los conservadores up o gente co prejuicios (los prejuicios som producto de la ignorancia) porque como lei hace poco en algun lado, la "tolerancia" tiene ekpl mensaje detras de "sigo sin respetarte, solo me volteo para no verte" y esto puede llegar a ser mas ofensivo y cruel que la ofensa misma. Como decia Berne en su Analisis Transaccional, las caricias positivas son mejor que las negativas, pero las negarivas (incluso la agresion y las ofensas) son mejores que nada, pues si no hay nada, ni desprecio, es que para ti no existo. Toda una paradoja.
    Gracias por tu reflexion tan completa y enriquecedora.... Gracias por verme.
    Luis.

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    1. Luis:

      Que buen esclarecimiento de lo que significa la "tolerancia". Gracias por ampliar mi visión.

      Antonio

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  4. Fernando:

    Qué buen acierto, al develar lo que significa "la tolerancia". Gracias. Mi visión se ha ampliado.

    antonio

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  5. Marx y Engels homosexuales? Como puedes afirmar eso con tanta facilidad. Entiendo tu necesidad de fundamentar la homosexualidad pero no hagas estos atrevimientos. Sus posiciones sobre este tema lo encontraras en "El origen de la familia
    la propiedad privada y el estado" y no es para nada favorable.

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