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5/8/10

EL ORIGEN DE LA MUERTE



Hace mucho, mucho tiempo atrás, los hombres nacían sobre la Tierra, crecían hasta hacerse ancianos, y una vez viejos, se aburrían del mundo, pues la vida no tenía final.
En ese entonces, adornaban los cielos El Sol y su esposa La Sol. Cada mañana, muy temprano, danzaban a los cielos, iluminando cada rincón de la Tierra. Al atardecer, muy despacio, se retiraban a descansar y ascendían entonces a iluminar la noche El Luna y su esposa La Luna. Y todo esto pasaba así, cada día, y los hombres contemplaban sus danzas extasiados.
Una noche, justo antes del atardecer, La Sol se distrajo con el vuelo de unas aves, y emprendió el descenso con retraso. Al subir El Luna con su esposa, no pudo evitar cruzarse con La Sol, y el amor surgió con la fuerza de los astros.
Desde ese instante, El Luna no pudo dejar de pensar en La Sol, y La Sol no pudo dejar de pensar en El Luna. El amor fue más fuerte que la razón, y un atardecer en que El Sol bajaba a descansar con su esposa, las miradas se cruzaron, los impulsos se impusieron, y al ascender El Luna entendió que era el momento, tomó de la mano a La Sol y escaparon al otro lado de la Tierra, dando inicio a una pasión que nunca se había visto ni por el más anciano de los hombres.
El Luna y La Sol dieron rienda suelta a sus amoríos. Se amaban entre las estrellas, sobre los campos y sobre los bosques, sobre los pueblos y los cultivos, en los valles más profundos y en las cumbres más inalcanzables. Sus pasiones generaban eclipses, y se alteraban los animales y los ciclos agrícolas. Algunas veces se amaban en los cielos, y otras en la Tierra. Y cuando sucedía esto último, La Sol con su estela de fuego generaba incendios, y las llamas consumían los prados, los animales y los pueblos. Se perdían las cosechas, y los palacios concluían en cenizas. 
Y mientras tanto, El Sol y La Luna continuaban con sus labores, pero ya no danzaban, y los cielos eran más tristes.
Entonces, ante tanta destrucción y desorden, los hombres decidieron hacer algo al respecto. Buscaron por toda la Tierra hasta dar con el mejor cazador de los hombres, un hombre fuerte y decidido, cuyo arco era capaz de enviar flechas más allá del horizonte. El cazador recibió tres doncellas como adelanto, y emprendió la cacería.
Atravesó los mares, las selvas y los páramos. Las cordilleras, los ríos y los desiertos. Pero el cazador solo encontraba destrucción y cenizas a su paso. Hasta que un día, cuando el cielo empezaba a vestirse de morado y las primeras estrellas subían al cielo, el cazador, escondido tras un frondoso arbusto, divisó a El Luna y La Sol recostados sobre un pastizal, contemplándose el uno al otro después del amor. 
El cazador, sigiloso, cogío una flecha, templó su arco hasta casi romperlo, y disparó certeramente al corazón de La Sol, quien mortalmente herida explotó en una llamarada que borró el atardecer y desapareció. 
Entonces, sin poder creer lo que veían sus ojos, El Luna ascendió a los cielos y temblando de dolor, empezó a llorar, a llorar sin consuelo, y sus lágrimas brotaron de sus ojos como el más feroz de los caudales, y a medida que lloraba, se iba deshaciendo en sus propias lágrimas, lágrimas que al caer sobre la Tierra, dieron muerte a los hombres que miraban sorprendidos el espectáculo celestial. Muchos sobrevivieron, al refugiarse en sus casas, en las cavernas y bajo las copas de los más tupidos bosques. 
Pero desde entonces, los ancianos empezaron a morir, y en el cielo quedaron para siempre, durante el día, El Sol, y durante la noche, La Luna, y cuando se dirigían a descansar, lo hacían sin mirar atrás, presurosos, en compañía de su soledad. 


DE LA MITOLOGÍA HINDÚ, RESCATADO DE UN DOCUMENTAL DE FILM & ARTS POR RICARDO ICAZA.

4 comentarios:

  1. Cuando quieras me mandas otro cuentito de los tuyos... besote!

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  2. HOLA COMO SIEMPRE ACOMPAÑÁNDOTE LOS MEJORES CUENTOS. PERO SERIAN MUCHO MEJOR SI CON TU ARTE NOS LOS CUENTAS.
    SOY EDIHT LAURA OJALA TE ACUERDES DE MI TRABAJAMOS JUNTAS EN EL PROYECTO DE PISCO.
    BESOS CUÍDATE MUCHO OJALA TODO ESTE SÚPER BIEN

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  3. Claro que me acuerdo amiga!! que bueno saber de ti, cuando quieras me compartes un cuentito que te guste y ya no oiremos... besos!!!

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